Conflictos Territoriales en la comunidad: Nuevas medidas judicialesTestimonios de integrantes de la comunidad kkm
Los integrantes de la comunidad kkm, nos reunimos en trauwn, en Arroyo Las Minas el 25-05-19, para discutir acerca de la decisión de los jueces y la importancia de que se suspenda la cautelar y los riesgos para la supervivencia material, moral y espiritual que el ingreso de terceros ajenos a la Comunidad significa, en especial, los peligros de una confrontación violenta en el campo, que se encuentra latente y que la sentencia habilita.
Documento elaborado por la KKM, donde se discutió sobre la sentencia
emitida por la Camara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y de minería- S. C.
de Bariloche, que revoca la suspensión de la cautelar KKM
En primer lugar, no somos dos
comunidades compartiendo un territorio:
Nuestro territorio está formado
por Arroyos Las Minas, donde Alfredo
Ernalz (que se identifica con la comunidad Ancalao), en forma permanente
hostiga a la familia Napal, diciéndole “cuándo se van a ir” ya que según él
están en su territorio. En la Horqueta, tres familias (Toledo, Caifil, y
Ancalao) pretenden tener derecho a usar nuestro territorio como veranada en el
cañadón grande, cañadón chico y frutillar. Estas personas o sus empleados
hostigan, maltratan, desprecian y amenazan de muerte a nuestra gente. En alto
río Chubut, los empleados de Lewis y ahora de Barabucci se muestran impunemente
con armas a la vista, nos alambran parte del territorio y nos encierran
nuestros animales, denunciándonos penalmente de usurpadores. Mientras tanto no
hay ninguna institución del Estado interviniendo en el reclamo de nuestros
derechos.
Si nos obligan a compartir
nuestro territorio, con estas personas antes mencionadas, con quienes no nos
une ninguna relación de parentesco, es una acción más de violencia utilizando
el poder del estado como ha sufrido nuestros pueblo durante generación tras
generación y si nos hacen eso nos quitan nuestra esencia como mapuche porque
esta autodefinición de nuestro pueblo no es un discurso, es realmente nuestra
de forma de pensar ancestralmente nuestro estar y sentir en el mundo, somos
parte del territorio, relación con el medio y con nuestros ancestro es decir la
relación con la vida misma. Esta relación que tenemos con el medio, nuestras
folil. (raíces), nos llevan a seguir continuando con nuestras creencias
espirituales donde las machis nos piden que reforcemos nuestra espiritualidad
en el territorio, es por eso que consideramos importantes llevar adelante
prácticas de rituales como los entierros de nuestros muertos en el territorio,
tal como lo hemos hecho con todos nuestros seres queridos que se encuentran en
el wenu mapu. En esta manera de actuar también nos sentimos perjudicados, con
la influencia o intervención de Jaramillo ( c. Ancalao) por ejemplo, en octubre
del 2018 falleció una persona que se identificaba, este último tiempo, con esa
comunidad y fue enterrado en el cementerio de Ñorquincó, práctica que va en
contra de nuestro sentir, desvalorizando y destruyendo así nuestra cultura.
También hace aprox. 10 años, los empleados de Toledo quemaron gran parte del
territorio. De esa tragedia el abuelo Juan Romero y la abuela Patricia Cayunao
nunca se repusieron hasta el día de su muerte a tan doloroso hecho, como así
tampoco nadie se hizo cargo.
Por otro lado, queremos aclarar que cuando
decimos que nacimos y nos criamos en el lugar, lo decimos porque nuestras
placentas fueron ofrecidas mediante un
ritual a la ñuke mapu para conectarnos y
arraigarnos definitivamente,
física y espiritualmente en el territorio, para seguir siendo parte de
ella, por eso sentimos que nos podrán sacar del lugar, podrán avanzar en el
territorio, podrán obligarnos a compartir nuestro territorio, pero jamás podrán
negar nuestro kimun (origen del pensamiento) en ese lugar. Ese es el espacio al
que pertenecemos, donde están las rucas, donde comenzamos a vivir la vida,
donde desde nuestro nacimiento comenzamos a conocer la manera de relacionarnos
con ese espacio, donde está el rastro y los senderos de nuestros antepasados,
padres, abuelos, bisabuelos por donde hoy caminamos, y a respetar los elementos
que la componen y a valorar el equilibrio que hay entre ellos. Cuando hacemos
una intervención en el lugar, ya sea carnear un animal, cruzar un río, cortar
un árbol, entrar a una laguna, a quienes consideramos seres sagrados, a quienes
les debemos nuestros respetos y le pedimos permiso. Es por eso que realizamos
el ngillatum, para hacer nuestras ofrendas por el uso del territorio para
llenarnos de neguen (fuerza) para proteger el territorio que es nuestra
cultura, de ahí nace nuestra responsabilidad que sentimos, que es cuidar el
territorio.
La manera de vivir sencilla, el
valor de lo sencillo, de vivir con lo mínimo de tener pero con lo máximo del
ser, el valor de la palabra, el respeto, la solidaridad, son elementos
importantes en nuestra cultura y esto nunca ha sido interpretado por la manera
occidental de pensar y fue esto lo que aprovecharon en su momento los Ancalao
primero, luego los Toledo, Caifil y finalmente Ernalz, quien dijo ir a cuidar a
su tío y luego lo internó en un hogar de anciano en el Bolsón y en el
territorio sólo puso a funcionar un emprendimiento turístico en la ruca que
nuestra comunidad Kom Kiñé Mú
le había prestado para cuidar al anciano. Luego cuando se le pidió la
devolución de la ruca, mostró su manera de ser, de actuar que no encaja con
nuestra manera de actuar y pensar, sin ningún escrúpulo se pasó a la comunidad
Ancalao, con quienes se cobija para pretender apropiarse del territorio. Su
manera de vivir incompatible no encaja con la manera de vivir de la comunidad
del lugar.
Los Toledo, Caifil y Ancalao lo
único que hacían era la utilización comercial y temporánea del territorio
durante tres meses en verano, cuando llevan a pastar y engordar gran cantidad
de vacas provocando el sobrepastoreo que no permite la rotación de los animales
para la recuperación de las plantas lo que no les interesa ya que no viven ni
sus familias en el territorio ni tampoco pertenecen ellos a él. Ni ellos ni sus
familias se ocupan del cuidado de los animales, sino son los empleados quienes
lo hacen. Podemos decir que ni la madre de los Toledo, ni su abuela, ni la
señora Caifil, conocen nuestro territorio.
Como así tampoco podemos llegar
aun entendiendo con estas personas ya que cuando fuimos a dialogar con ellos
nos maltrataron, nos desvalorizaron, sus actitudes cortaron toda posibilidad de
diálogo, tanto que tenemos denuncias por amenazas de muertes a varios miembros
de nuestra comunidad, roturas de varios carteles y hasta tiros en el cartel de
la comunidad que está en el patio de la familia Romero, que está en el interior
del territorio. También han pasado tirando tiros por frente de la casa de la
abuela Irma Cayunao meses atrás donde también hay una exposición policial. Nos
sentimos agobiados y con la suspensión de la cautelar nuevamente sentimos una
injusticia total ya que nos están llevando al colapso y aniquilamiento. Los mapuches sin territorio no somos nada.
Sigue vigente la presión constante y el vivir con miedo,
con miedo murieron nuestros abuelos, siempre nos han amenazado
con quitarnos el lugar, siempre presionaron y nos dicen que no
existimos, hasta los organismos del estado como el CODECI, INAI quienes
debieran velar por los derechos en forma imparcial, sin embargo hacen todo lo
contrario, desconocen a la comunidad y actúan en forma parcial poniéndose del
lado de esta gente sin siquiera haber hablado con nosotros y sin siquiera
conocer la gente que está en el territorio, ni el territorio. Es decir, actúan
de la misma forma en que actúa la dirección de tierras de la provincia.
Gestionándoles permiso de ocupación precaria individual, que en el futuro le
permitirá la venta del territorio, o blanquear la situación encubierta de
despojo.
Días atrás fuimos denunciados
como usurpadores por el sr. Hugo Alberto Barabucci, ya que el estado –
dirección de tierra, sigue permitiendo estas ventas a empresarios que
fundamentan con documentación donde aparece gran parte del territorio de la
comunidad Kom Kiñé Mú. Estamos en disputa por el uso del territorio con gente
que dice pertenecer a la comunidad Ancalao, mientras el estado avala una
operación de compra ilegal y registró el estado una mensura que abarca gran
parte del mismo territorio de la comunidad Kom Kiñé mu que ocupamos tradicionalmente.
Nosotros seguiremos exigiendo al estado un reconocimiento formal del territorio
al que pertenecemos como comunidad”. TRAWN
COMUNIDAD KOM KIÑE MU.
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